Las Cataratas de Ñacunday son unas de las maravillas naturales de Paraguay, ubicadas en la ciudad que hoy se llama así y pertenecen al río del mismo nombre. Anteriormente esta zona era denominada Paranambú, fue adquirida en la década 1890 por uno de los más poderosos latifundistas del Alto Paraná y también de zona de Misiones (Argentina), el inmigrante francés Dominique Barthe, quien había comenzado sus negocios en Paraguay luego de la Guerra Grande, en 1872.

Estas cataratas tienen una caída de más de 22 metros y un ancho que sobrepasa los 100 metros, siendo el más grande del país, superando a las Cataratas del Monday que se encuentran varios kilómetros más al norte.

La mayoría de los ríos y arroyos que desembocan en esta zona del Paraná poseen una diferencia de altura y por eso se producen estos saltos, como el Monday, el Tembey, el Ape Aimé, y otros.

Ñacunday se convirtió en Bosque Protector en el año 1975, solo dos años después de que se haya creado el distrito de Ñacunday donde antes se denominaba Puerto Paranambú. Luego, en 1993 se amplió la extensión del mencionado bosque a 2000 ha y convertido a Parque Nacional Ñacunday, formado por los que históricamente fueron el Bosque Protector Ñacunday y del Bosque Protector Yacuy.

Hoy día es uno de los más fantásticos sitios para aventurarse y dejarse llevar por la naturaleza, ideal para visitar con amigos y hacer camping, además, los saltos de agua ofrecen lo maravilloso de su caudal y ese incesante sonido del estrépito que cautivan a quienes lo visitan.